top of page

Algo de su nombre se impregna entre su gente y sus calles. Algún patio deja dilucidar sus plantas, saltar detrás de una bici que quedó pinchada y sirvió de puntal para los tomates del verano. Finales de obras, lonas de pelopincho reparando la mirada de los transeúntes. Ahí se ve el sol del otoño que pasa entre la brillante humedad de la mañana. Bocas de salamandras y perros a lo loco. Lo improvisado, lo accidental, sellando lo de todos los días. El arquetipo de una fuerza natural hecha a mano.

_DSC5540
_DSC5527
_DSC5532
_DSC5524
_DSC5521
_DSC5530
_DSC5529
_DSC5548
_DSC5544
_DSC5536
_DSC5538
_DSC5526
_DSC5534
_DSC5562
_DSC5559
_DSC5564

Barrio El Rincón

bottom of page